En su ciudad natal, Wadowice, todo está listo para rendir tributo a Karol Wojtyla. Una vigilia precederá la ceremonia que se oficiará en el Vaticano, este domingo.
La casa donde vivió el santo polaco es en la actualidad un museo, reabierto a principios de mes tras ser reformado. Se espera que se convierta en reclamo turístico y una importante fuente de ingresos para la ciudad.
Un religioso polaco cuenta que Juan Pablo II “era un hombre normal que amaba las montañas, al que le gustaba bromear y caminar”.
En Cracovia también se vivirá de manera muy especial la canonización de Juan Pablo II, el que fuera su arzobispo.
Su antiguo asistente y amigo, el cardenal Stanislaw Dziwisz, le recuerda: “Él siempre protestaba: ‘Yo no hago milagros, es Dios quien los hace’. Le pedíamos que orase y sus rezos resultaron muy eficaces, durante su vida y después de su muerte”.
Miles de polacos asistirán a la histórica ceremonia
en persona. Integran el mayor número de fieles de un mismo país que acude al Vaticano para la canonización.