Rusia cierra su mercado y asesta un duro golpe al sector agroalimentario de Occidente al prohibir las importaciones por un año.
La medida provocaría pérdidas de unos 5.252 millones de euros a la UE.
Bruselas amenaza con sanciones equivalentes, lo que podría derivar en una auténtica guerra comercial.
España sería el sexto país comunitario más afectado.
El Ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt considera a la baja las pérdidas que sufriría su país:
“La medida afecta al mercado alemán, aunque no tanto como pensábamos, pues, en los últimos seis meses, la Federación de Rusia ya había disminuído considerablemente sus importaciones en el sector de la carne y los productos lácteos.”
Rusia pretende así castigar a los países que adoptaron sanciones contra Moscú por su papel en la crisis de Ucrania.
Este tendero de Atenas, Spilios Nassopoulos, cree que “la gente podrá comer la fruta más barata, pero los productores sufrirán un duro golpe, al quedarse sin los ingresos que recibían.
Rusia importa un 43% de los productos que consume.
Las exportaciones europeas del sector alimentario a Rusia ascendieron en 2013 a 12.000 millones de euros.
“Creo que esta medida es una buena decisión, considera esta moscovita. Nuestros productores tienen que trabajar y vender sus productos en nuestro propio mercado.”
Los más beneficiados por el veto ruso a los productos alimenticios de Occidente son los países latinoamericanos, a los que ya ha acudido Rusia para reemplazar las mercancias europeas.