Familiares de las cerca de 60 personas que murieron en el atentado de este domingo en el puesto fronterizo de Wagah lloran a los suyos. Algunas familias han quedado destrozadas con la muerte de varios de sus miembros. Además, un centenar de personas resultaron heridas, muchas de ellas de gravedad.

Tres grupos insurgentes han reivindicado la autoría del atentado.

“Hemos perdido cinco miembros de nuestra familia en el ataque. Fueron a la ceremonia a ver el cambio de bandera en la frontera de Wagah. Estos opresores no son musulmanes, son infieles. No merecen vivir en este mundo y el Gobierno tiene que acabar con ellos”, se lamentaba un hombre.

El ataque tuvo lugar en Wagah, el único puesto fronterizo entre Pakistán y la India y en el que cada día desde hace décadas se realiza una ceremonia marcial que atrae a un gran número de turistas.

Se sospecha que el autor del atentado fue un joven de unos 20 años, que detonó la carga que llevaba adosada al cuerpo después del acto, cuando los asistentes se dirigían al aparcamiento que se encontraba a 500 metros de la frontera.

India y Pakistán han suspendido esta tradicional ceremonia militar que no había sufrido ninguna interrupción desde la guerra en 1971.

La insurgencia talibán causó la muerte de 2.500 personas en cientos de atentados terroristas el año pasado.