El excéntrico profesor británico es el primer hombre en haberse insertado un chip en el brazo. Sus reflexiones sobre el futuro de la tecnología.
Para algunos, es un genio. Para otros, un excéntrico que habla mucho. Lo cierto es que Kevin Warwick es un profesor de la materia Cibernética de la Universidad de Reading –Inglaterra- y uno de los personajes más llamativos de la tecnología de última generación. Su campo de investigación abarca la inteligencia artificial, la robótica y los cyborgs.
Este hombre saltó a la fama en 1998, cuando sorprendió al mundo al haberse implantado un chip en su brazo izquierdo. El aparato, conecta su sistema nervioso con una computadora, y le permite manejar algunos electrodomésticos a distancia, o comunicarse con su esposa (a la que también le implantó un chip) a la distancia.
El chip funciona emitiendo corriente eléctrica al recibir una onda de radio frecuencia. Al recibir determinada señal, las computadoras conectadas pueden operar una serie de aparatos.
Desde su laboratorio en Inglaterra, el profesor Warwick contestó varias preguntas que Ciudad Internet le hizo en exclusiva:
-¿Cuáles son las consecuencias de ser un cyborg?
Potencialmente, elevar las capacidades que tenemos como humanos: mejorar nuestros sentidos, ser capaces de realizar complejas operaciones matemáticas y, espero, poder comunicarnos a través del pensamiento.
-¿Es posible ampliar el nivel de inteligencia humana?
Creo que si. Mi idea es que se pueda conectar un puerto de entrada y salida de información al cerebro, para adaptarlo a nuevas posibilidades. Mi idea es muy parecida a lo que se ve en la película Matrix. La educación sería muy distinta, porque no habría necesidad de aprender nada. Solamente habrá que cargarse en el cerebro las habilidades que se quieran tener. Por ejemplo, se podrá disponer de recuerdos y experiencias que no se vivieron. Todavía no queda claro como se podrá hacer esto posible, pero es un enorme campo de investigación para los próximos años.