Juan Carlos I reapareció hace pocos días para honrar la memoria de su tocaya, la reina Isabel II de Inglaterra. Su presencia desató muchísima expectación, pues desde su marcha de España, cada aparición pública del monarca hace saltar los flashes de las cámaras. Sin embargo, como explica Pilar Eyre, en círculos más cerrados, el ninguneo que recibe es más que evidente.