Un edificio de 10 pisos se desplomó en la costa atlántica, generando preocupación sobre las prácticas de construcción no reguladas. Las autoridades locales investigan si el colapso fue causado por modificaciones no aprobadas y falta de supervisión profesional. La corrosión por el ambiente marino y la instalación inadecuada de un ascensor podrían haber contribuido al desastre. Este incidente resalta los riesgos asociados con construcciones clandestinas y la importancia de contar con profesionales calificados en proyectos estructurales.