El periodista que lanzó sus zapatos contra el presidente Bush ha enviado una carta al primer ministro iraquí en la que asegura estar arrepentido de lo que hizo y pide perdón. El reportero continúa encarcelado. El juez ha rechazado concederle la libertad bajo fianza y quiere procesarle por atacar a un jefe de Estado. Un delito contemplado en el código penal iraquí.